La Publicidad en
el Siglo XXI
La publicidad es
una forma de comunicación que se define como
una transmisión de
Información personal y
remunerada, efectuada a través de un medio de comunicación,
dirigida a un público
objetivo, en la que se identifica al emisor, con una
finalidad
determinada,
que de forma inmediata o no, trata de
estimular la demanda de un producto
o de cambiar
la opinión o el comportamiento del consumidor
En cuanto a los objetivos de la publicidad,
podemos resumirlos en tres aspectos :
1. Informar: transmitir un conocimiento (sobre las características
de la empresa o del
producto, usos, dar
a conocer una marca o producto, crear
notoriedad de la marca, . .).
2. Persuadir: convencer, motivar, inducir al público
a adquirir el producto que satisfará
su necesidad (atraer
nuevos compradores, incrementar la frecuencia del uso,
aumentar la
cantidad comprada,
provocar preferencia de marca, . .).
3. Recordar: que perdure en la mente de los
consumidores y se consiga la fidelidad del
cliente
(recordar la existencia y ventajas del producto, dónde
pueden adquirir los
productos, crear
una demanda reforzada que asegure la fidelidad hacia
una marca y
proporcione la compra repetitiva, mantener la fidelidad de los
clientes, . .).
En
definitiva, la publicidad tiene, como principal y
último objetivo, dar a conocer productos
a fin de estimular su compra, formando así
parte del proceso económico. Así, la función
de la publicidad en el marketing es dar a conocer
los productos, difundiendo una imagen de marca o de
la empresa;
diferenciándolos de la competencia, para que el
consumidor pueda identificarlos y valorarlos y, en
consecuencia, proceda a su compra
Podemos decir entonces
que el fin genérico de la publicidad, con independencia de
la
entidad que la realice
(pública o privada, lucrativa o no lucrativa), es el de conseguir
que el público al
que va destinada responda favorablemente al contenido del
mensaje
y se venda un
determinado producto o se cambie un comportamiento.
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